Por fin caló
Después de unos años de agarrarse a un clavo ardiendo y negar la realidad, los medios empiezan a aceptar que no hay marcha atrás para la industria discográfica, que los músicos tienen que ganarse la vida... tachán, tachán.... tocando música!
En este artículo de El País se cuenta como los nuevos músicos están adaptándose al nuevo panorama. Al contrario de lo que las multinacionales discográficas nos quisieron hacer creer, no se ha dejado de hacer música (alguien les creyó?), sino que los nuevos grupos usan la música enlatada como promoción para sus directos, y sus principales ingresos vienen de trabajar como hicieron los músicos durante casi toda la historia de la humanidad: tocas y te pagan por tocar.
Lo de la época dorada de las discográficas fué una aberración. Tenían el poder de seleccionar 100 discos al año que el consumidor sería capaz de comprar (recordad los 40 principales) y el resto de los músicos se quedaban fuera del negocio. Ni ganaban por venta de discos, ni siquiera tenían la opción de tocar en directo, puesto que el dominio del panorama cultural que tenían las discográficas los hacía invisibles. Ahora que las discográficas no tienen tanto dinero y que hay muchos canales alternativos para que los grupos puedan llegar a la gente, hay muchos más en activo, más variados, y que no se venden tan fácilmente a lo comercial. El resultado es que es más fácil que encuentres un grupo que te guste a tí.
Todavía oiremos mucha tontería desde las discográficas, mezclada con la presión desde Hollywood, pero parece que la suerte está ya echada y no hay vuelta atrás. Incluso los grandes medios de comunicación, vendidos a los intereses de los poderosos, lo están empezando a aceptar.
En este artículo de El País se cuenta como los nuevos músicos están adaptándose al nuevo panorama. Al contrario de lo que las multinacionales discográficas nos quisieron hacer creer, no se ha dejado de hacer música (alguien les creyó?), sino que los nuevos grupos usan la música enlatada como promoción para sus directos, y sus principales ingresos vienen de trabajar como hicieron los músicos durante casi toda la historia de la humanidad: tocas y te pagan por tocar.
Lo de la época dorada de las discográficas fué una aberración. Tenían el poder de seleccionar 100 discos al año que el consumidor sería capaz de comprar (recordad los 40 principales) y el resto de los músicos se quedaban fuera del negocio. Ni ganaban por venta de discos, ni siquiera tenían la opción de tocar en directo, puesto que el dominio del panorama cultural que tenían las discográficas los hacía invisibles. Ahora que las discográficas no tienen tanto dinero y que hay muchos canales alternativos para que los grupos puedan llegar a la gente, hay muchos más en activo, más variados, y que no se venden tan fácilmente a lo comercial. El resultado es que es más fácil que encuentres un grupo que te guste a tí.
Todavía oiremos mucha tontería desde las discográficas, mezclada con la presión desde Hollywood, pero parece que la suerte está ya echada y no hay vuelta atrás. Incluso los grandes medios de comunicación, vendidos a los intereses de los poderosos, lo están empezando a aceptar.
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