¿ Delante de que edificio hay que protestar ?

Un post que he visto en burbuja.info. Interesante de leer.

Martes, 18 de Octubre de 2011

En estos días los diferentes medios de desinformación se empeñan en traer expertos económicos a sus programas para tratar de dilucidar las causas, efectos y el previsible desenlace de la actual crisis económica que azota al planeta sobre todo a su parte desarrollada. Siempre se comienza con un recuento que arranca con la crisis de los CDOs, las hipotecas en USA, Lemman Brothers y la historia que ya todos conocemos. El clímax se alcanza cuando se llega a la pregunta de siempre:

¿Pero quién es el responsable de todo esto?

La mayoría de los expertos responden cosas como:

Nadie, esta crisis era inevitable.

Son los ciclos de euforia/depresión del capitalismo.

Es la codicia de las personas, todos somos culpables.

O la culpa es de los ricachones que se encuentran el el balcón de la foto, que tranquilamente sorben de su copa de champán – los norteamericanos no diferencian el champán bueno del malo, pero bueno — a la vez que se ríen y llaman hippies perroflautas a los del movimiento de ocupar Wall Street que montan follón en la calle.

Existe una pequeña minoría que señala exactamente el origen de la crisis, pero al parecer son la minoría olvidada. Los economistas críticos con la sobreproducción y los intereses creados alrrededor de la misma son olvidados sistemáticamente. Como ejemplo tenemos, a mi modo de ver, al más grande de todos ellos: John Keneth Glabraith, un economista que abordó la economía como lo que es, una ciencia política y no una ciencia exacta —- como la física o la química — que es lo que los economistas del establishment quieren que creamos para ganar credibilidad y de paso vendernos que lo que pasa es inevitable: se trata de inmutables leyes naturales.

Esta crisis tiene su origen profundo en el agotamiento del sistema producción-consumo en los países desarrollados y un origen reciente debido a importantes cambios en la leyes que regulan al sector financiero de estos países.

El origen profundo es el señalado es pasados posts:

Saturación de mercados debido a la insistencia en el crecimiento material una vez resuelto con creces el problema de la supervivencia física.

Falta de nuevas ideas en cuanto a necesidades de la población a satisfacer: se pretende seguir creciendo hasta el infinito haciendo lo mismo de siempre.

Llegada de generaciones poco pobladas a la madurez en los países desarrollados lo que ralentiza el crecimiento de la demanda.

Cambio tecnológico profundo donde la automatización y la robótica provoca que cada vez la mano de obra sea menos necesaria, de ahí que baje su renta y la demanda se vea disminuida.

Esto reduce la rentabilidad de las inversiones que financian a la economía productiva por lo que el capital desesperadamente intenta buscar otra vía de conseguirla. Y aquí nos encontramos con el problema de diseño que la sociedad industrial arrastra desde que nació. El imperativo de crecimiento no es debido a unas supuestas y urgentes necesidades materiales de la población – eso era cierto hace sesenta años –, es debido a las necesidades de devolver los intereses del capital que en forma de préstamos que financian a las actividades productivas. Es decir: el verdadero impulsor del crecimiento es el mantenimiento de la estructura financiera.

El otro imperativo es el mantenimiento del empleo, ya que la mayoría de la población vive de vender su trabajo al aparato productivo y nunca se ha abordado desde la política – porque el problema no es económico, es político – el asunto de a que se va a dedicar la mayoría de la población cuando sus servicios no sean necesarios dentro del aparato productivo industrial. Es decir: de que van a vivir cuando para producir de todo solo haga falta emplear al cinco por ciento tal como ahora sucede con el sector productor de alimentos que emplea al tres por ciento de la población económicamente activa y producen alimentos para todos sin ningún problema.

Todo este inmenso cambio — sobre todo tecnológico — debería permitir a las personas el trabajar menos y vivir mejor. Pero en su lugar se transforma en un infierno debido a la insistencia de los intereses creados alrededor del aparato productivo de seguir con lo mismo que venimos haciendo desde que comenzó la era industrial hace doscientos años.

Una economía saturada de productos de consumo, con una productividad altísima debido al cambio tecnológico, con una población que no crece si no es por la inmigración, que poco a poco se ha ido quedando sin nuevas ideas y pretende seguir con lo mismo no puede soportar un escenario de pleno empleo y un sistema financiero de reserva fraccionaria que cobre intereses y por lo tanto obligue a la economía a crecer y crecer para devolver esos intereses. Es imposible.

A lo largo de los años se observa la disminución progresiva en los rendimientos de las inversiones productivas, sobre todo si se toma en cuenta la cantidad de capital utilizado en vender, es decir en estimular la demanda en base al marketing y la publicidad. En algunos sectores, como el de la telefonía móvil esto supone casi un 25% de la facturación. El capital en su desespero ha intentado buscar rentabilidad en otro sitio y para esto están los políticos.

Los mercados no son una entelequia suspendida en el vacío y que no se sabe muy bien de donde vienen. Los mercados son el producto de leyes y regulaciones, no son más que un conjunto de relaciones de intercambio enmarcadas dentro de unos límites establecidos por la ley. Por ejemplo, usted no puede cobrar sus deudas a punta de pistola así tenga toda la razón del mundo: tiene que acudir a los tribunales por muy bien o mal que funcionen. Es una ley en la mayoría de los países y define algunos límites dentro del mercado.

Los mercados los crean los estados y por lo tanto los políticos.
En realidad son una entidad legal.

Durante la pavorosa depresión mundial de 1930 los políticos de entonces aprendieron unas cuantas cosas sobre la regulación de los mercados financieros, por lo que establecieron lo siguiente:

La banca comercial que es la que crea el dinero fiduciario – dinero de la nada – solo puede prestarlo para montar industrias o negocios. Es decir: solo puede financiar a la economía productiva. Prestar dinero para actividades de especulación financiera se encuentra prohibido.

Esto tiene una lógica impecable, ya que el dinero prestado es dinero traído del futuro y que devenga intereses, por lo tanto la única forma de devolverlo de forma medianamente sostenible y en un ambiente de recursos naturales ilimitados – cosa que está dejando de ser cierta, las cosas malas nunca vienen solas — es mediante actividades productivas. En un mercado de especuladores financieros con dinero prestado es inevitable el colapso; nadie será capaz de reproducir su dinero si otro no lo pierde ya que ninguno de los actores produce nada.

En la banca comercial los depósitos se encuentran garantizados hasta cierto punto por el estado y el mismo es quien vela por que estas entidades solo se dediquen a lo que les es permitido.

Para el que se quiera dedicar a la especulación financiera y a las emociones fuertes existe otro circuito: la banca de inversiones. Esta banca no puede crear dinero fiduciario, no puede conceder préstamos ni pedirlos a otras instituciones ni al banco central. Simplemente recibe depósitos de sus clientes para invertir. Los fondos no se encuentran garantizados por lo que cada quien debe saber lo que hace.

Con el tiempo se creó una tercera banca, la hipotecaria con el objetivo de facilitar la construcción de viviendas, por lo que solo se le permite eso: conceder hipotecas. Para esto tanto el interés de los depósitos como el de los préstamos se encuentran regulados por el estado. Como concede créditos a largo plazo solo se le permite financiarse a largo plazo con la emisión de cédulas hipotecarias generalmente a cinco y diez años. Las cédulas son garantizadas por el estado. Esta banca no puede acudir al interbancario ni a ningún otro mecanismo de financiación que no sean depósitos a plazo y cédulas.

Este arreglo de las cosas permitió que el mundo occidental se desarrollase y creciese como nunca, muchísimas personas salieron de la pobreza y tuvieron acceso un trabajo decente y a una vivienda asequible bien sea en propiedad o en alquiler.

Con el paso del tiempo los mercados comienzan a saturarse, cada vez es más difícil vender, cada vez las inversiones industriales rentan menos y para colmo la energía se volvió cara a partir de 1973. Entonces comienza el asalto del sector financiero al poder político buscando la rentabilidad que ya no consigue en la industria. Esto comenzó en los USA y como USA manda – o mandaba – se extendió a todo el mundo. Comienza el derribo de la regulación establecida en los años treinta.

La primera en caer fue la de los bancos hipotecarios, que para hacerlos más competitivos – yo no sé con quién competían si operaban en un mercado regulado – se les permitió hacer de banca comercial. En USA aprobaron leyes en 1980 y 1982 para “liberalizar” el sector. En 1985 se colapsa la primera entidad en el estado a Ohio dando comienzo a una crisis donde ya en 1989 habían quebrado la mitad de estas entidades. El fondo de garantía de depósitos se quedó sin dinero y el estado tuvo que intervenir. La gracia costó al contribuyente estadounidense 124.000 millones de dólares de 1980 mientras las noticias sobre la corrupción generalizada y las generosas contribuciones de estos banqueros a los políticos no cesaban de salir en los medios. Primer aviso para navegantes.

Aquí nacieron las nefastas hipotecas a interés variable que tanto han contribuido a organizar esta crisis, antes de los años ochenta estaban prohibidas. Aquí nació el que las entidades que conceden hipotecas se endeuden en el interbancario – de aquí lo del EURIBOR – cosa que ha sido el suicidio de las cajas de ahorro españolas. ¿ Pero a quien %##%&& se le ocurre irse a endeudar en el interbancario , que es un mercado de deuda a muy corto plazo para conceder hipotecas a treinta años ?. Pues eso antes estaba prohibido y ahora se encuentra “liberalizado”.

Solo esto hubiese bastado para volver a la regulación antigua, pero no: la cosa sigue….y de que manera.

Luego eliminaron la regulación estatal que regulaba el como los bancos remuneraban los depósitos. Ese interés no lo determinaban los bancos, lo determinaba un organismo regulador. Entonces comienza eso que recordamos como la guerra del pasivo, el libretón, la megacuentta de ahorros, el regalar ollas y sartenes para captar depósitos y un larguísimo y ridículo galimatías que lo único que hizo fue encarecer el dinero que captaba la banca. Esta al verse forzada a buscar rentabilidad a este dinero caro comenzó ha meterse cada vez mas en asuntos espinosos y de alto riesgo. Con esa “liberalización” la misma banca lo único que hizo fue encarecer notablemente su materia prima: los depósitos. Vamos unos genios financieros.

La fiesta financiera continúa durante los ochenta y noventa, llegándose a permitir a la banca el conceder créditos para especular con papeles financieros. ESTE ES EXACTAMENTE EL ORIGEN DE LA GRAN DEPRESION: el apalancamiento en operaciones financieras especulativas. ¿ Cómo se permite a alguien traer dinero del futuro si no lo va a utilizar en actividades productivas, es decir en aumentar la riqueza general de forma que ese dinero se pueda devolver ?.

Entonces los banqueros pasaron de ser aquellos seres cetrinos y antipáticos que te hacían una colonoscopia y te pedían a tus hijos como garantía antes de concederte un crédito a ser unos “comercialetes”. Todo el día en el teléfono llamando a todo el mundo para venderles siempre lo mismo: papeles financieros para especular más el crédito para comprarlos. Ejércitos de cientos de miles “banqueros” de veintiantos años todos machitos-gallitos al teléfono de sol a sol, a ver a quien enganchan para así cumplir con sus objetivos de “producción” de forma de cobrar inmensos incentivos y así poder pagar el Porsche y la niña plástica con la que sale.

Comienza a inflarse la burbuja.

Esta emisión descontrolada de capital trajo consecuencias desastrosas a la economía real, ya que el traer capital del futuro inmediatamente comienza a demandar intereses y por lo tanto hay que utilizarlo en financiar una actividad más rentable que el interés que se cobra por él. Un montón de especuladores financieros nunca podrán ganar todos ya que la especulación es un juego de suma cero: lo que yo gano otro lo pierde. Un conjunto de productores industriales si pueden ganar dinero todos al mismo tiempo ya que al aumentar la riqueza hay más para todos.

Entonces los especuladores financieros se lanzan todos al mismo tiempo a buscar rentabilidad con el dinero que esos banqueros-con-espinillas han creado. ¿ Donde buscarla ?, en el único lugar donde existe: en la economía real.

Bienvenidos al mundo de las fusiones y adquisiciones de los años noventa. La cosa funcionaba de la siguiente manera.

Adquisiciónes:

El fondo XYZ de banqueros todos expertos en hacer cálculos en hojas de Excel le ponen el ojo a la empresa de turbinas ABC, que tiene un capital de 2000 millones, 5000 empleados y produce unas turbinas de puta madre por lo que sus clientes hacen cola para comprarle. Esta empresa es el líder tecnológico con un I+D potentísimo que no para de innovar. Entonces viene el fondo y la compra por 6000 millones ya que dispone de una montaña de dinero generado mediante los créditos que le han vendido a sus inversores. Los antiguos dueños se marchan forrados y la nueva directiva compuesta por banqueros comienza su gestión.

Lo primero que notan es que antes la empresa ganaba 200 millones al año lo que da un rendimiento de capital del 10%, no está mal. Ahora misteriosamente tiene un capital de 6000 millones pero los beneficios siguen siendo de 200 ya que físicamente sigue siendo la misma empresa: los mismos talleres, las mismas máquinas, los mismos vendedores, etc. Ahora la rentabilidad es del 3%, una mierda. ¿ Que cosas no ?. Esos 4000 millones de capital adicional no han comprado absolutamente ninguna nueva instalación de producción, simplemente los banqueros-con-mocos se los han regalado a los antiguos dueños.

Y ahora pretenden que la empresa con 2000 de capital rinda como una con 6000.

Entonces comienza el tío vivo de despidos, recortes de gastos, jubilaciones anticipadas, eliminación de I+D, dietas, coches, etc,etc, tratando de sacar 600 de donde solo hay 200. Llega un momento en que comienzan a eliminar lo no eliminable: atención al cliente, ingeniería, I+D, gente que son los que saben, etc,etc. Entonces las turbinas ya no son tan buenas y se comienzan a perder clientes, los márgenes comerciales y los volúmenes de venta bajan, la culpa es del director comercial o del de compras que no aprieta a los proveedores. En lugar de comprar esas indestructibles piezas alemanas de Titanio que son las que siempre hemos utilizado compramos estas de plástico made in Tailandia, las turbinas comienzan a fallar por aquí y por allá y así poco a poco la empresa va muriendo.

Fusiones:

Las fusiones son de la siguiente manera. Existen dos empresas la ABC y la XYZ, ambas fabrican lo mismo y son competencia. Entonces un grupo de estos banqueros-con-mocos visita a ABC y les convencen de que tienen que comprar a XYZ pero YA. Les cuentan que los de XYZ están por comprarles a su vez y claro echaran a toda la directiva a la calle y adiós a la buena vida. Al mismo tiempo otro grupo de banqueros se encuentra en XYZ con el mismo cuento.

Viene ABC y lanza una OPA hostil sobre XYZ y lo que valía 2000 ABC lo compra por 6000. Ahora ABC se encuentra en la misma situación que en la adquisición descrita con anterioridad y vuelta a comenzar con el tío vivo de reducción de costes y muerte lenta.

Mientras tanto los banqueros y sus amigos de las consultoras han cobrado millones por los servicios prestados, han concedido préstamos y más préstamos, han hecho de corredores, aseguradores, corre-ve-y-dile y cobrando por aquí y por allá.

Más de la mitad de las fusiones y adquisiciones realizadas en los años ochenta y noventa acabaron en desastre. Es decir: el valor de las empresas disminuyó sensiblemente, se perdieron millones de puestos de trabajo, miles de millones en conocimiento técnico desaparecieron para nunca volver, se cerraron innumerables departamentos de I+D, muchas empresas cerraron al no poder soportar el peso de las deudas.

Todo esto tiene una solo lectura: los créditos concedidos para estas operaciones son irrecuperables.

Y de esta forma el capital pasa de ayudar a desarrollar al aparato productivo a destruirle. En eso ha estado ocupado los últimos treinta años, no nos extrañe el descenso generalizado del nivel de vida de la clase media en el occidente industrializado.

Todo ese exceso de capital especulativo creado por los banqueros-con-mocos y producto de la desregulación ha estado destruyendo al aparato productivo, eliminando puestos de trabajos, sapiencia, capacidades técnicas y todo lo que haga falta con tal de obtener una rentabilidad que es imposible de obtener ya que ese capital no ha sido invertido en ampliar ninguna planta, ni en crear ni mejorar esos productos.

Paralelamente y de forma coordinada ¿ qué casualidad no?, todos los gobiernos del mundo bajan la tasa de impuestos que grava las ganancias obtenidas en la especulación financiera a la mitad de la que tienen las actividades productivas. En casi todo el mundo las ganancias por la especulación tributan a un tipo del 18-20% mientras que las industriales y salarios al 30-40%. Más leña a la burbuja.

En 1997 quiebra el Long Term Management Fund un hedge fund comandado por unos premios nobel de economía y que operaba con préstamos de la banca. El rescate fue de casi 4000 millones de dólares: un solo fondo. Otro aviso más.

Pero nada.

Entonces el paroxismo llega en 1999 durante el gobierno de Clinton cuando el congreso Norteamericano elimina de un plumazo la ley que separaba a la banca de inversiones de la banca comercial. Se dice que esta ley fue derogada solo para que se pudiese formar el CitiGroup producto de la fusión de un banco comercial con otro de inversiones.

Y ahora la cosa si que comenzó a ir en serio.

En esta situación sí que no hay límites a la generación de dinero fiduciario – es decir: prestamos – para ser “invertido” en actividades especulativas. Por lo que la inflada de burbujas comienza en serio y es lo que ya conocemos: Internet y la vivienda.

Una vez estalladas esas burbujas la banca busca al gobierno para que les proteja convirtiendo una buena parte de su deuda privada en pública y ahora como los estados se encuentran ahogados en deudas se dedican a desmantelar absolutamente todo los servicios sociales que le corresponden a los ciudadanos y que por cierto: paga por ellos. Aquí ya llegamos al deudor de último recurso: y ya no puede más.

Pero existe un efecto muchísimo peor. En esta loca carrera por conseguir una rentabilidad inalcanzable muchas corporaciones se propusieron como objetivo aumentar su beneficios un 10% anual por siempre jamás, incluso fardaban de ello antes los inversores-con-mocos que exigían más y más beneficios ante la abultada cotización que habían alcanzado las acciones de estas corporaciones debido a la compra masiva mediante créditos. Entonces decidieron fabricar en China.

La cosa es bien fácil: si fabrico en Europa o Usa me cuesta 20 la unidad y si lo hago en China 2, como lo vendo a 40 nos forramos. Y así fue: buena parte de la capacidad industrial de occidentes y sobre todo de USA fue desmantelada y enviada a China. Con esto no solo occidente perdió cientos de millones de puestos de trabajo: perdió la posibilidad de seguir innovando en estos campos, ahora los que saben son los Chinos. Recientemente Amazon intentó fabricar su nueva versión del Kindle – un lector de ebooks – en Usa por aquello de patriotismo. Tuvo que abandonar el proyecto y fabricar en China ya que en los USA, si en los Usa hoy día no existen fabricantes que puedan suministrar las piezas que requiere el aparato. Y otra cosa: el que sabe fabricar Kindles también puede fabricar sistemas de guía de proyectiles balísticos y otras lindezas.

Con esto hemos regalado a China buena parte del conocimiento técnico de occidente y ya veremos dentro de veinte años como estará la balanza tecnológica entre ambos. Cortesía de los banqueros-con-mocos y su bolsa de valores hiperinflada a punta de créditos que ahora nadie puede devolver.

En estos días el sector financiero se dedica a especular con los alimentos – con dinero del estado – de forma que la población se vea obligada a pagar una renta a esa formidable cantidad de falso capital bajo la forma de un mayor precio de la alimentación. Y ya sabemos: hay que comer, si o si.

En treinta años el sector financiero dejado a su libre albedrio ha destruido buena parte del sistema productivo, de la clase media y ahora amenaza con destruir los estados. En el ínterin ha amasado unos 600 millones de millones de dólares de deuda producto de todos los handerklanders financieros que ha montado en los últimos 30 años. Los mismos son impagables y no existe estado, ni plan de rescate, ni fondo de contingencia, ni FROB ni nada en el mundo que les pueda rescatar.

Ahora so saben qué hacer, y enciman tiene la desfachatez de decir que los jóvenes que protestan hoy día por todo el mundo no proponen alternativas porque no tienen ningún plan: ellos tampoco.

Para poner 600 millones de millones de dólares en perspectiva tomemos en cuenta que el PIB mundial es de unos 60 millones de millones. El PIB productivo es mucho menor ya que dentro del PIB total se cuenta el sector servicios y el mismo sector financiero.

Así toda la población mundial deje de cobrar un duro durante diez años no se podrá devolver esa deuda. Eso es: trabajar gratis durante diez años. Ya podrán recortar en escuelas, hospitales, pensiones y en el boleto del metro: una gota de agua en el mar. Seiscientos billones equivalen a 86.000 dólares a cada hombre mujer y niño del planeta. Es decir una familia promedio de cuatro personas — desde las alemanas hasta las etíopes — debería 344.000 dólares, vamos como si se hubiese cogido una buena hipoteca. Este dinero equivale al dinero que gastarían todas las familias del planeta si cada una comprase un “chaletito” de 250.000 Euros….todos y cada una de las familias….del planeta.

No sé que más argumentos hacen falta para regularles de nuevo.

Culpable de haberlos ahílos:

Toda la clase política actual de todos los países, yo diría que desde el primer gobierno de Aznar debe salir del poder, pero ya. Y el sector financiero debe ser vuelto a regular.

Solo un ejemplo: el primer lobista – eufemismo para sobornador de congresistas – de la derogación de la ley Glass Steagal (la que separaba la banca comercial de la de negocios) fue el entonces secretario del tesoro (ministro de hacienda) Larry Summers. Hoy Summer es asesor económico del gobierno de Obama y su acólito Tim Geithner es el actual ministro de hacienda.

Lo mismo sucede en España donde Rodrigo Rato, el ministro que comenzó con la burbuja bajando los impuestos a los beneficios obtenidos mediante especulación financiera al 18% mientras que empresas cotizan al 35% y salarios al 45%, luego se va tranquilamente al FMI.

Hoy políticos y financieros forman una mafia que lo está destruyendo todo. El final de todo esto con toda probabilidad será una depresión mayúscula, ya que tarde o temprano la mayoría de las instituciones financieras en el mundo quebraran. Nadie pero nadie nunca podrá devolver 600 billones de dólares en créditos.

En lo que si se equivocan los que protestan es el protestar delante de los bancos, en Wall Street o en el banco central. Donde hay que protestar es frente a los congresos y frente a los partidos políticos.

Este desastre ha sido causado por una desregulación temeraria del sector financiero y la solución es política. Por aquí ya habíamos pasado en 1929, la verdad que no se qué es lo que le pasa a estos supuestos expertos económicos. El tema está estudiado y vuelto a estudiar, se han escrito ríos de tinta sobre la depresión de 1929 y sus causas y se explica hasta la saciedad en cualquier universidad de esas de élite que vale una pasta.

La solución es política y pasa por volver a tener leyes que regulen a la banca.

Comentarios

Casti ha dicho que…
¡que alegría me das!
3 horas y cuarto leyendo la entrada parar quedar con el cuerpo como si toda la legión hubiera desfilado por encima (cabra incluida).

Ya sabes lo que me agradan los politicos, entre eso y el panorama que presentas lo unico que se me ocurre es agarrar las maletas y huir a otro planeta.
¡ ARG ! ¡Mierda que eso no se puede! ¡Joder, que inquietud mas grande "mantrao"!
rober ha dicho que…
Está muy bien. No coincido en algunas cifras, pero la cuestión de fondo es lo que importa.
Unknown ha dicho que…
Mi nombre es la señora Michelle Mills. ¿Vivo en Texas los EEUU y soy una mujer muy feliz hoy? Me dije a mí mismo que cualquier prestamista de préstamo que podría cambiar mi vida y la de mi familia, me referiré a cualquier persona que está buscando préstamo a Them.They me dio y mi familia la felicidad, que estaba en necesidad de un préstamo de $ 30,000.00 a Empezar mi vida por todas partes como un viudo con 4 hijos me refiero a este honesto y el temor de la empresa de préstamo de préstamos en línea que me ayudó con un préstamo de $ 180.000,00 dólares de los EE.UU., son de hecho temor de la gente, una empresa de préstamos de buena reputación.

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