Longecity



Longecity es a la investigación del envejecimiento lo que GNU es a la industria del software. Un grupo de entusiastas que hacen investigación por su cuenta, se organizan e intentan producir resultados fuera de la industria médica.


Esta es la definición que Longecity hace de sí misma en su página web (traducida al Español por Google translator).
Nuestra misión es "conquistar la plaga de la muerte involuntaria " .
Para avanzar en esta misión, nuestro objetivo es proporcionar :
- Un repositorio de información de alta calidad ;
- Un foro público abierto para el libre intercambio de información y puntos de vista;
- Una infraestructura para apoyar proyectos e iniciativas de la comunidad;
- Instalaciones de apoyo a la comunidad internacional de personas con un interés en la prolongación de la vida .

Actividades:
Mantenemos un foro en línea para el intercambio de información.
También hemos publicado un libro, una película producida y organizado tres conferencias internacionales .
LongeCity también patrocina iniciativas científicas a pequeña escala :
Un proyecto de investigación sobre la ablación con láser de lipofuscina y otro de desacoplamiento mitocondrial en los nematodos han sido financiados con donaciones a LongeCity por la comunidad.
LongeCity también ha patrocinado proyectos relacionados, tales como Alcor , Fundación SENS y Matusalén Foundsation . En 2010 , LongeCity fue pionero en "crowdsourcing" el suplemento multivitamínico "VIMMORTAL" formulado en base a las sugerencias de la comunidad.

administración:
LongeCity es una organización basada en membresía, gobernada por una "constitución" . Los miembros eligen y anule la selección de un Consejo de Administración de entre el cuerpo . La Junta nombra a funcionarios clave que a su vez las actividades de voluntariado de coordenadas .

Hoy en día, con el enorme progreso que se ha producido los últimos años en herramientas y métodos de investigación biológica, es posible producir resultados significativos con muy poco dinero. Especialmente en un área como el envejecimiento en la que no se han aplicado (aún) los enormes recursos que se aplican al cáncer o al área de las células madre.

Una muestra de lo que está haciendo Longecity es el anuncio hoy de que han conseguido veinte mil euros para la financiación de una investigación (terapia genética de las mitocondrias) que se llevará a cabo por investigadores de la fundación SENS. En este proyecto se restaurarán los genes mitocondriales a través de terapia genética. Esto es importante porque gran parte de la comunidad científica dedicada a estas cosas piensa que el deterioro de las mitocondrias es uno de los procesos que más contribuyen al deterioro físico que llamamos envejecimiento.

Tenemos dos copias de los genes en el núcleo celular, y muchos mecanismos de corrección de errores. Sin embargo, las mitocondrias no están en el nucleo celular. Tienen su propio código genético heredado por linea materna y sólo tienen una copia de cada gen, con lo que son mucho más inestables. La operación normal del metabolismo acaba dañando los genes mitocondriales porque al ser las mitocondrias las productoras de energía de la célula, están en un entorno altamente reactivo donde se producen radicales libres que dañan su genoma. Si pudiésemos eliminar esta inestabilidad mediante la corrección de los genes mitocondriales, eliminaríamos una de las principales contribuciones (quizá la principal) al envejecimiento.

Es impresionante que este tipo de investigación se pueda hacer con tan sólo 20k. Si pensamos en las cantidades ingentes que las farmacéuticas se gastan en crear medicamentos que son sólo marginalmente superiores a los existentes (entre cien millones y mil millones de euros por cada medicamento que llega a venderse). Cosas que alargan en dos meses de media la vida de pacientes de cáncer y que cuestan 60k por paciente. Eso demuestra, en mi opinión, que casi todo el dinero se está llendo en publicidad y, sobre todo, en "captura regulatoria" (sobornos).

La verdad es que ver tanto recurso malgastado es una pena. Hemos creado estructuras políticas y administrativas que retrasan el progreso de una forma brutal. Aunque sea duro, va a haber un momento en que la gente tenga que tomar decisiones libre e individualmente sobre su salud. Serán decisiones de naturaleza económica, porque no va a haber recursos suficientes para pagar todo lo que se puede hacer a todo el mundo. Ahora se trabaja en la seguridad social sobre la premisa de que si algo se puede hacer se hace (en teoría, porque luego están las listas de espera). Independientemente de lo que cueste. Pero ese modelo está empezando a romperse con los recortes y los nuevos tratamientos, que son carísimos.

Muchos tratamientos son caros porque los paga el estado, con lo que no hay incentivos para bajarlos de precio. Si se miran las intervenciones que se hacen en el mercado libre (dentista, tetas y cirujía ocular), cuando se introducen los tratamientos, son carísimos y sólo los ricos se los pueden permitir. Pasado un tiempo la presión del mercado los abarata (ahora se puede uno operar los dos ojos por menos de mil euros). Sin embargo los tratamientos pagados por la seguridad social no se abaratan significativamente con el paso del tiempo, porque no hay ningún tipo de presión.

A la larga, la única opción para poner un precio a los tratamientos nuevos que van a ir apareciendo es dejar a la persona tomar la decisión sobre su propia salud y sus propios recursos. Lo que está claro es que como sociedad nos gastaremos un porcentaje mucho mayor del PIB en salud, porque en la escala de valores del ser humano, el principal es la salud. En cuanto haya intervenciones que funcionen realmente y puedan mejorar nuestra calidad de vida, les daremos prioridad económica sobre la tele de plasma, el coche mejor que el del vecino, las vacaciones en Cancún o la ropa de marca.













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