¿Me lo dices o me lo cuentas? ......

Reproduzco completamente, y espero no caer en delito, el siguiente texto del blog ...

Equilibrio y progreso


sobre un entrada que leo publicada hoy en barrapunto.com.

Nunca suelo hacerlo, normalmente dejo el link simplemente, pero son cosas que se pierden, desaparecen o entran en el olvido, y sin embargo, en el momento de leerlas uno no puede permitir que esto suceda, y por eso lo reproduzco, tal y cómo lo escribe el autor, tal cómo yo lo leo, porque un día, el link puede no tener asociado ninguna fuente, pero yo quiero que esta entrada se recuerde, porque por desgracia .....

... es una verdad cómo un templo

¿Ingenieros Informáticos? ¿Quienes?


Recientemente, estuve conversando con varios compañeros que estudiaron informática como salida profesional, y con otros que no lo hicieron, pero que se dedican a ella. Los comentarios iban todos en la misma línea: la informática no puede, tal como está hoy en día, dar calidad de vida a las personas que viven de ella.

No conozco otra profesión donde un profesional de las TI, como es un ingeniero informático pueda mirar a un cliente para decirle que no sabe porqué el sistema informático o un determinado programa no funcionan adecuadamente. La evolución constante en este sector es de vértigo: masters que caducan a los dos o tres años, como los de Microsoft o Cisco; formación sobre entornos de programación que se actualizan cada tres años o migraciones tecnológicas de aplicaciones que se crearon con herramientas hoy desfasadas (solo cinco años después); cambios de hardware, nuevas tendencias sobre seguridad, conectividad, etc.

Se hace indispensable tirar muchas horas descubriendo o analizando el mal funcionamiento de lo que hasta ayer funcionaba correctamente o aprendiendo nuevas tendencias que pueden tener futuro o ser a los pocos años descartadas. No hay tiempo suficiente para generar expertos en nada, solo personal amateur. Las tecnologías duran tan poco y evolucionan tan aprisa, que apenas queda tiempo para ser productivo o para aprovechar la experiencia adquirida. Aquí solo valen la actitud, determinadas habilidades cognitivas (aptitudes) y la inteligencia, todo reunido y administrado en base a metodologías de trabajo, que es lo único que perdura como una pseudo-experiencia.

Sin productividad, las empresas no pagarán más. Nadie acepta pagar de nuevo para que lo que iba ayer, funcione hoy en nuevos equipos, con nuevos sistemas operativos o nuevas plataformas tecnológicas. El concepto de invertir tiempo en solucionar incidentes que sucedieron anteriormente y fueron solventados en otras plataformas, no se considera inversión, ni desarrollo, ni progreso, sino más bien atraso. Y por tanto, resolver esos problemas, se traduce en horas de mantenimiento gratis o a un coste bajo.

Con el grado de avance actual, con la especialización que están sufriendo las TI, y con los sueldos que se pagan por un continuo esfuerzo de aprendizaje, y un estrés a veces considerable por cumplir plazos, en un entorno donde garantizar que no habrá fallos ni contratiempos en la siguiente fase es casi imposible, parece inimaginable.

¿Es por eso que está descendiendo el número de matriculados en las universidades en informática? ¿Son los sueldos? ¿O es que los estudiantes al final han comprendido que el nivel de esfuerzo y de complejidad creciente no puede mantenerse con la misma facilidad a los 30 que a los 50 años?

Sin garantías en la calidad del resultado, o en el buen funcionamiento del mismo, tampoco hay respeto, ni se puede hablar de ciencia, o de ingeniería. Y por tanto, no tiene el mismo rango que otras carreras, ni puede ofrecer la misma productividad. Tampoco es fácil medirla, cuando es necesario muchas veces volver atrás para adaptar lo ya hecho o cuando es necesario enfrentarse a cambios inesperados que inutilizan el trabajo hecho hasta entonces.

La informática no da calidad de vida a las personas que viven de ella.

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