El pequeño predicador


Cuando intento imaginarme la mentalidad de los que están ahí sentados es que me se saltan los fusibles. es superior a mis fuerzas! Os habeis parado a imaginar la cantidad de manifestaciones de la religión que son símplemente obscenas?

Es curioso. Cambias al predicador de talla XXL por uno de talla L, y de repente la percepción de la absurdez del asunto se amplifica. Pero al fín y al cabo las palabras le salen a este del mismo orificio que a los mayores, y si está hablando Dios a través de él, que más da el tamaño? en el fondo es lo mismo que los que van un domingo a una misa normal.

Comentarios

rober ha dicho que…
No he sido capaz de ver más de la tercera parte, de vergüenza ajena que ha dado. Como dices, lo mismo deberían ser las mismas palabras, en un hombre que en un niño, pero a los que esas palabras nos suenan mal las diga un adulto o estén escritas, al verlo en boca de un niño suena... no sé. Me recuerda a mis sobrinos cuando de pequeños contaban un chiste "verde" sin saber el significado de lo que estaban diciendo.
A lo mejor el niño éste es un superdotado o es un señor bajito o lo que sea.
En fin, desde lo de la prohibición de enseñar la evolución en algunos estados de USA ya no debería extrañarnos nada.
Casti ha dicho que…
estoy de acuerdo. No he podido acabarlo, la verguenza ajena me supera y la sensación de estar viendo a un mono de feria es brutal, pero lo que realmente me alucina es toda la gente que le está oyendo, hasta le vitorean.
Es una muy buena practica imaginar las cosas en el límite, extrapolando a lo absurdo para ver con otra perspectiva. Pues bien este es un ejemplo muy esclarecedor.

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