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rober
El Euribor, el SWAP, el Eurepo, los tipos oficiales del BCE y otras fiestas de guardar
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Rober, personalmente creo que tu invento/descubrimiento más brillante es el de contar la baraja al ritmo de "tengo una vaca lechera...". Lo uso habitualmente y me convierto en el epicentro del cachondeo en fiestas y saraos.
Tengo que explicar el caso de la baraja y la vaca lechera, porque me corroe el alma:
Un día como otro cualquiera (es decir, saltándonos las clases en el bar) y después de tropecientas partidas de mus y sus correspondientes cañas en el ya-ya, a algún perjudicado se la cayó la baraja al suelo.
Como yo tenía más ganas de vacilar que de jugar, al que empezó a contar las cartas para ver si faltaba alguna le suelto sin más ni más:
¡¡ así no se cuentan las cartas !! ¡¡ se hace con "la vaca lechera" !!
Y, dicho y hecho, le cojo la baraja de las manos (a mitad de la cuenta, que ahora que lo pienso no le debió sentar muy bien) y me pongo a soltar la cartas una por una sobre la mesa, al ritmo de la canción:
"Ten-gou-na-va-ca-le-che-ra..."
Yo no sabía lo que iba a pasar con la cuenta. Lo que yo esperaba es que el chiste hiciera gracia y, luego, tras unas risas y unas cuantas cartas, habría que contarlas bien de todas formas.
El caso es que no hizo mucha gracia (no hizo ninguna) y todo el mundo creía que todavía tenía que pasar algo. Como cuando cuentas un chiste malo y se te quedan mirando y te dicen "y después, ¿qué pasó?" Es una sensación horrible.
Así que tuve que seguir impertérrito:
"...noes-u-na-va-ca-cual-quie-ra..."
A esas alturas no había nada que hacer: el ridículo iba a ser espantoso. Pero ya no podía parar o se hubiera notado:
"...me-da-le-che-me-ren-ga-da-ay-que-va-ca-tan-sa-la-da..."
Mi agudizado tacto por tanto reparto a una sola mano, me confirmó que al mazo le quedaban pocas cartas. Una rápida cuenta mental y calculé que sólo quedaban los "tolones" finales: si la cuenta fallaba, lo haría por una o dos cartas de más o de menos ¡¡ y eso sería todavía peor !!
"...to-lón-to-lón..."
Tuve una idea fugaz: si faltaban o sobraban dos cartas, podía quitar o poner un "tolón" de más, y no se notaría tanto. Pero la suerte hizo que cuadrara la cuenta: sólo quedaban cuatro cartas en el mazo:
"...to-lón... ¡¡¡ TO - LÓN !! "
Y luego puse cara de póker, como si llevara haciendo eso toda la vida.
Qué tiempos aquellos.