Un cañón para mandar cosas al espacio
Como en "Viaje a la Luna" de Julio Verne, todavía hay gente que piensa que podría ser buena idea usar un cañón para mandar cosas al espacio.
En este caso las cuentas son un poco más realistas que las de Julio Verne, y sólo intentan mandar cosas a órbita terrestre, y el cañón ha de tener nada menos que un kilómetro de largo.
La idea genial (esta no estaba en la sección "ya se me había ocurrido a mí" de esta página) es que construir un cañón de un kilómetro de largo y que te quede recto sin tener que hacer mucha obra es más fácil si lo haces dentro del agua.
La idea sería construir un cañón sumergido en el mar, situado en el ecuador para aprovechar el impulso de la rotación de la tierra, y sujeto a una baliza flotante.
Se utiliza hidrógeno para impulsar el cohete, pero no se quema el hidrógeno. Se quema gás natural que calienta el hidrógeno hasta 1426 Celsius y a esa temperatura se abre una válvula que libera el gas a través del cañón para impulsar el proyectil. En cuanto el projectil ha salido, se cierra un iris en la boca del cañón para que no se pierda todo el hidrógeno y poder reusarlo.
La aceleración que se consigue es de 5 000 G así que ya os imaginareis que nadie sobreviviría a un lanzamiento. Ni personas, ni gran parte del equipo que se suele mandar, así que habría que diseñar equipo especial para lanzar de esta manera, o utilizarlo sólo para mandar oxígeno, combustible, piezas o comida al espacio.
Lo interesante es que mandar una tonelada de carga de esta manera costaría 500 Euros por kilo, comparado con 10 000 euros que costaría mandarlo usando un cohete, y supongo que bastante más en el transbordador espacial.
Aquí está la reseña. Visto en Popsci
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