Primera (posible) terapia contra el envejecimiento


Ya se empieza a ver la forma que podrían tener las primeras terapias sistémicas dirijidas diréctamente contra el envejecimiento.

Resulta que en su optimización de la dicotomía cancer/regeneración la evolución ha creado un estado en el programa celular que denominamos células senescentes.

Cuando una célula ha sufrido suficiente daño en sus mecanismos internos pueden pasar tres cosas:


- Obviamente la mejor es que se ponga en marcha el programa de apóptosis y la célula muera, con lo que deja de ser un problema.
- Si ha sostenido daño en su adn y hay mala suerte la célula se vuelve cancerosa.
- La tercera opción es que la célula entre en estado senescente. Gracias a determinados controles que la evolución ha puesto ahí para evitar el cáncer, como la disminución progresiva de los telómeros con cada replicación, la célula deja de ser capaz de reproducirse y es disfuncional en muchos aspectos, no crece pero no muere.

Pero resulta que estas células senescentes son bastante perjudiciales para los organismos de los que forman parte, puesto que debido a su mal funcionamiento son una fuente de inflamación y de radicales libres, lo que hace que si hay muchas, dañen las células sanas que hay a su alrededor, iniciando una espiral que acaba en tejidos dañados, que es lo que normalmente conocemos como envejecimiento.

Por lo tanto es evidente que si hubiese una forma de deshacernos de estas células el funcionamiento general de nuestros organismos mejoraría.

Pues bien, ya hay líneas de investigación explorando esta posibilidad. Según este artículo de Discover Magazine hay un grupo de investigadores que ha encontrado una forma de eliminar gran parte de las células senescentes en ratones. El resultado es que aplicando esta "terapia" a ratones adultos pero no viejos, se retrasan varios de los aspectos de la vejez ratonil, como las cataratas y la debilitación muscular. Incluso si esta terapia se da a ratones ya viejos, algunas de estas manifestaciones de la vejez se revierten.

Este es un aspecto en el que los hombres somos bastante diferentes de los ratones, puesto que los hombres vivimos muchos más años, muchos más de lo que se podría esperar en relación a nuestro tamaño. Por lo tanto puede que nosotros tengamos mejores defensas contra las células senescentes, o todo lo contrario, que para mantener a raya el cancer produzcamos muchas más que los ratones. En cualquier caso no está claro que esta investigación se pueda llevar diréctamente a la práctica clínica en humanos. Sin embargo, parece claro que si somos capaces de crear sistemas de "control de calidad" celular y matar las células que no cumplan determinados estándares, podremos reparar una parte del daño que el envejecimiento inflige a nuestros cuerpos.

Una cosa interesante de este estudio es que estos ratones no viven más años, sino que viven más sanos durante los años que viven normalmente. Con lo que mejoraría el "healthspan" que es una expresión que vendría a significar "esperanza de vida saludable media" en lugar del "lifespan" que significa "esperanza de vida media".

Cuando la gente piensa en el progreso de la medicina que nos podría llevar a vivir mucho más años se imagina que lo que se alargaría sería la época de la vejez y que nos pasaríamos montones de años siendo viejos. Esto no será así. Lo que pasará es que habrá aspectos de nuestra biología que tendrán una "edad" y otros otra. Si se mira la página de SENS se verá que hay (al menos) siete formas de daño que hacen que nuestro organismo envejezca. Estas son:
Esta terapia entraría de lleno en el epígrafe 2.6 "ApoptoSENS". Con lo cual repararía una parte del daño, pero habría otras causas que habría que atajar.

Así que supongamos que dentro de veinticinco años un persona típica de 65 ha tenido que intervenir en tres o cuatro de estos aspectos con terapias sistémicas, y es posible que haya tenido que reemplazar algún órgano completamente por algún problema localizado, un cancer o un accidente.

Tendríamos un organismo de edad indefinida en el que diferentes sistemas y diferentes aspectos tendrían edades diferentes. Por supuesto esto iría en gustos. Los vagos o avaros no se harán las cosas hasta que se rompa algo y en el otro extremo estarán los fanáticos de la salud que querrán ir maqueados al máximo, guapísimos y jovencísimos.

Pero lo que está claro es que los viejos de nuestra generación (los que no hayan palmado para dentro de veinte años) tendrán una vejez completamente diferente de la de nuestros padres. Algo que si lo viésemos en este momento, así a botepronto, no lo consideraríamos "vejez".

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